Teniendo como base sólida lo que plantea Manuel Castells: “la mediación tecnológica aporta un nuevo reto al sistema educativo que consiste en pasar de un modelo unidireccional de formación a modelos más abiertos”, se abordará de manera breve cómo influye estas herramientas en la educación y en la deconstrucción del tejido social. No cabe duda que estos modelos son más flexibles y dinámicos. Se transforman en un mecanismo para apropiarse de la información, más no del conocimiento, acaso, ¿propician a la formación de valores? ¿Fomentan el espíritu crítico? o ¿Desarrollan la capacidad de aprendizaje, relaciones de reciprocidad y participación?
La educación no puede reducirse a un valor puramente instrumental, nada capta mejor este concepto de aprendizaje que la capacidad de adquirir pensamiento crítico y reflexivo, mediante el reconocimiento mutuo y personal; generar redes de participación en torno a problemáticas sociales visualizando la realidad concreta, en la que se vive.
La educación constituye una de las herramientas más poderosas para construir el futuro y en particular, para destruir el peor error que un núcleo social pueda poseer: “la frivolidad”.
¿Es ésta lo que la mediación tecnológica posibilita? ¿Merece llamarse herramientas comunicativas cuando su gestión está orientada a la manipulación de información creando escenarios sin capacidad de sentir, pensar y producir?
No es conveniente formar parte del mundo individualista cuando la construcción de sociedad fluye a escala de la participación activa y cuando el aprendizaje depende de la interacción, la capacidad de diálogo, consenso, trabajo en equipo, en fin, cualquier medida que potencie la construcción del conocimiento.
Estos son unos de los tantos criterios que motivarán a la realización del escrito, pues pensar los procesos comunicativos desde ahí, desde la mediación tecnológica, implica redefinir los procesos de significación y no de mera circulación de información en el que el receptor no sólo sea un sencillo recipiente y decodificador, sino que tenga la capacidad de poner a plenitud de sus potencialidades.
Educar “Mas allá de un paradigma informacional”
Entendemos la mediación tecnológica como una acción socializante, movilizadora. Por acción, evidentemente, algo dinámico y transformador. No obstante, analizando los modos de flexibilidad y dinamismo de estas herramientas, han dejado de lado un componente dentro de los procesos del saber: la dimensión valorativa y ética de la educación.
La tecnología, como eje fundamental, informa para que la capacidad del ser humano pueda desarrollarse y mejorar, pero en su acción socializante, deconstruye estas capacidades en el usuario por varios factores como son:
La Falta de totalidad recíproca: no sólo es la simple transferencia unilineal de información de un lado al otro, sino también la ausencia de codificar y compartir significación dentro de un contexto portador de sentido; esta totalidad recíproca requiere de un registro activo de información donde la interpretación del mensaje permita la construcción de espacios participativos y eficacia comunicativa.
La Falta de codificación: la ausencia de razonamiento lógico y analítico del receptor posibilita individuos sin producción, sin sentido, al hacer parte de informaciones que suministra sin masticar, sin demoler. De estos, se derivan dos clases: sujetos tradicionales, sujetos “copiar y pegar”.
Los sujetos tradicionales hacen referencia a individuos que adquieren textos de libros impresos; los sujetos “copiar y pegar “son los nuevos modelos de producción del saber, lo que la tecnología propicia mediante su acción socializante. La diferencia entre ambas estriba, en que en el primero la investigación implica mayor tiempo y trabajo, mientras que en la segunda, sólo es llegar y sentarse.
De esta manera la tecnología presenta mayor flexibilidad, posibilitando el producto informacional, pero, infortunadamente no contribuye a cabalidad a una formación social, ética y de diversos valores indispensables en y para el desarrollo humano
De este modo, transformar la utilidad de estos aparatos informativos-en especial en la internet-implica una ruptura de lo inútil:
Aquella posibilidad que debe tener el emisor para presentar criterio ante la apropiación de contenidos.
Aquella intencionalidad de empoderarse del mensaje, la meta-comprensión, más no de la información y,
Aquella capacidad de desarrollar el interés y actitudes hacia la práctica investigativa.
La cotidianidad de la tecnología no sólo es un mecanismo complejo, también es diverso:
Diversa su realidad inmediata, diversas sus formas de socialización, diversas sus relaciones con el otro pero no, sus relaciones del saber con el otro; a ella no le importa el individuo que tenga al frente, sólo le interesa transmitir su claridad, su manera de entender, la función que el otro debe cumplir para reconocerse; un individuo capaz de recuperar sus sentidos, de cara a la construcción de un mundo más digno.
¿Qué sería de la educación si estas herramientas fomentaran el sentido crítico, reflexivo tanto del emisor como del receptor, para convertirlas en personas más autónomas, no dependientes del contenido informacional que adquieren como objeto?
Es desde allí, desde la recuperación de si mismos donde se abre el amplio espacio de lo colectivo en un reconocimiento como seres sociales; proceso que ocurre en un permanente diálogo con los otros.
Ser autónomo implica: reconocerse; identificar aquello que le es significativo como individuo; construir y reconstruir su relación personal, interpersonal y abrirse al ser social desde sus conocimientos y aportes.
Considerar la importancia de la autoformación y el reconocimiento de cada individuo como bases para el empoderamiento le supone:
Establecer una ruptura de comunicación centralizada puesto que los espacios de participación son construidos en lo trivial, impidiendo el acceso al encuentro con el otro.
Construir el empoderamiento mediante lecturas que incentiven la crítica, el análisis y la reflexión.
Fomentar la sensibilidad estética y la capacidad para comprometerse con el conocimiento.
Desarrollar la capacidad auto-aprendizaje para así avivar el reconocimiento por el otro.
Este último aspecto, el reconocimiento por el otro, constituye una de las principales fuentes de construcción de identidad social. Hoy, la mediación tecnológica invade los escenarios de la vida individual y hace que la tarea de articular lo colectivo sea aún más difícil.
Esta aceptación recíproca basada en el mutuo respeto, requiere un compromiso ético; deseos de convivencia que sirvan de referencia para construir lazos sociales que promuevan el desarrollo de la educación y que integre a cada individuo en el reconocimiento como parte de su entorno y se centre como miembro activo y respetado.
Esto implica en cierta parte, dos pilares esenciales:
La convivencia requiere aprender a conversar: ¿promueve la tecnología y es utilizada como espacio de formación dialógica (amena)?.
Dentro de estos procesos, se requiere, que los espacios de participación mediáticos sean agradables; actitudes e intercambios indispensables para lograr resultados comunicativos eficaces, no diferencias, desigualdades, pugnas que degradan lo social.
Es de lamentar que estos espacios sean promovidos para acciones de conflictos, sátiras, y no de un reconocimiento personal y mutuo que promueva a la formación de valores y que repercute de manera directa-negativa no sólo en la educación, sino en la construcción de tejido social.
Comunicarse es sentir y valorar al otro: es una condición básica y fundamental para la construcción de valores.
Lo opuesto a esta actitud son las desigualdades, la discriminación, indiferencia, el odio. Valorar al otro implica entender que no existe enemigos sino personas con quienes podemos resolver las diferencias y conflictos; puede entenderse además que los otros están inmersos en una tejido social como actores necesarios con quien puedo ponerme de acuerdo para construir lazos de conocimiento sin romper la convivencia pacífica.
Parecería entonces adecuado dar dos orientaciones para la construcción de valores en el emisor: Una, el descubrimiento de sí mismo como ser autónomo y productor; otra, el reconocimiento por el otro para la reconstrucción de tejido social.
Descubrimiento de sí mismo: durante el proceso de socialización tecnológico, se analiza cómo la formación integral del emisor se deteriora y se deconstruye a raíz de su incapacidad de desarrollo intelectual, su falta de autonomía, espíritu crítico, partiendo de la nada al no trabajar como productor de significaciones.
Reconocimiento por el otro: enriquecer los procesos de socialización es reconocer al otro, esto implica, establecer relaciones mutuas y amenas ante lo colectivo; la democracia, la participación, posibilita nuevas formas de discernimiento moral, juicio crítico, ético, de ahí, se deriva la importancia que las nuevas tecnologías de la información, en especial, la internet, haga generar procesos de de identificación donde el individuo se sienta implicado en producir, en dar como experiencia formativa.
Bibliografía comentada
Según Castells, la mediación tecnológica aporta un reto al sistema educativo; consiste en pasar de un modelo unidireccional de formación a modelos más abiertos y flexibles puesto que la información situada en grandes bases de datos tiende a ser compartida.
El problema estriba, en que estas herramientas mediante sus modos de socialización, afecta a una masa por varios factores:
Deconstruye el tejido social, al formar parte de una individualización, adquiriendo los contenidos de estas herramientas como un “todo holístico” y dejando de lado “al otro” como parte indispensable para compartir sus modos de saber, de aprendizaje y de mutuo reconocimiento.
Transforma los modos de producción del saber, al ser más dependientes del contenido informacional, formando seres débiles, inútiles, faltos de cohesión mental, y por lo tanto, menos autónomos, críticos y reflexivos.
Este sociólogo, afirma que la internet es caracterizada por su descentralización (posibilita nuevas formas de interacción y percepción); penetración (se adueña del lenguaje comunicativo del usuario al formar parte del medio) y flexibilidad (transciende el modelo unidireccional, es más abierto)
Además define, que la internet, en busca de una mayor comunicabilidad, ha incorporado la interactividad; ¿porqué? Porque facilita recursos de información y herramientas comunicativas para un mayor aprendizaje.
Desde esta perspectiva el emisor se ve afectado por falta de sentido crítico y autónomo al adquirir parte de información que le compete, al no ser masticada, y por lo tanto, al no producirla y apropiarla.
Para Castells, estas herramientas forman parte de la vida social. Argumenta que la red se ha trasformado en el espacio social donde se decide el poder por parte del usuario cuando maneja con apropiación este medio, pero deja de lado la adquisición de conocimiento y su producción por parte de la masa que afecta en su formación ética, moral. Cabe el interrogante, ¿Desarrolla ésta la capacidad de aprendizaje, relaciones de reciprocidad y participación?
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Mediación tecnológica y nuevas formas de interacción social. http://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Castells#Su_obra.2C. http://www.tendencias21.net/En-que-mundo-vivimos_a1048.html.